Se acercan días intensos de celebración y, con ello, la actividad de las cocinas de la mayoría de hogares. El marisco es el plato estrella de las fiestas navideñas, y es por este motivo que es muy importante saberlo cocinar bien y respetar el tiempo de conservación para no servir un alimento en mal estado.
Las propiedades del marisco
El propio término es un nombre culinario para referirse a la gran variedad de especies que habitan en el mar, rocas y su entorno.
El marisco, que se suele dividir en dos grupos, los crustáceos y los moluscos, es un alimento rico en proteínas -hasta 20 gramos por 100 gramos de alimento comestible- y bajo contenido graso. Sin embargo es un alimento que no deben consumir las personas con ataques de gota, hipertensos y con colesterol. Su alto aporte de purinas se transforma en ácido úrico una vez es asimilado en nuestro organismo.
Además por ser una animal rico en sodio, las personas que sufren hipertensión deberían prescindir del marisco en su dieta. Tampoco se recomienda a personas que padecen hipercolesterolemia o colesterol por ser un alimento que aumenta el nivel de colesterol en la sangre. No obstante, su aporte de colesterol es menor que otros alimentos debido a la presencia de Omega 3 (Ácidos grasos poliinsaturados).
Las vitaminas más destacables del marisco son las del grupo B y vitamina A. Este aporte nutricional equilibra nuestro sistema nervioso e interviene en el desarrollo de los cabellos, y en la conservación de la piel y dientes. En lo que refiere a minerales, el marisco es rico en calcio, fósforo, potasio, magnesio, hierro, zinc, yodo, sodio y selenio.
Consejos para su conservación y cocinado
Gambas: una vez hayas comprado las gambas, estas se deben pasar por agua fría y escurrirlas bien. Después conservar en la nevera. Es importante que les quites su tubo digestivo para así eliminar su terrosidad.
Mejillones, almejas, berberechos: es importante que tengan la concha cerrada. Tirar las rotas o abierta, estas podrían estar muertas, y como consecuencia, podría causarnos una intoxicación alimentaria. Quitar las barbas de los mejillones justo antes de su cocinado, pues sin estas mueren.
Tanto las almejas como los berberechos tienen arena por dentro. Es importante dejarlas en remojo con sal durante unas dos horas antes de cocinarlas. En el caso de las ostras, es fundamental que el líquido que hay a su alrededor sea transparente.
Cefalópodos (pulpo, calamar): elegir siempre de tamaño pequeño o mediano. Si es muy grande hay riesgo que siempre nos quede duro. Una vez lo hayas limpiado, conservarlo en un bol tapado con film transparente.
Imagen principal: medoa 7164 vía Pixabay
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