Una guía para una compra y un almacenamiento adecuado
La fruta es un alimento que se incluye en nuestra dieta sana y equilibrada. Aunque su aporte nutricional depende del tipo de fruta, hablamos de un alimento que contiene mayoritariamente agua y fibra. También es una buena fuente de antioxidantes, ácidos orgánicos, minerales, compuestos fenólicos e hidratos de carbono como fructosa, cuya cantidad depende de su grado de maduración.
A pesar de sus propiedades hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones antes de consumirlas. De esta manera aprovecharemos mejor sus propiedades y las podremos consumir con total seguridad.
Compra
Siempre que sea posible comprar fruta local de temporada ya que tiene más calidad al recogerse madura del árbol. Las frutas que no son de temporada vienen de lejos y se recolectan cuando aún no han desarrollado suficientemente su sabor.
Elegir también las piezas de tamaño pequeño o mediano y de aspecto firme y maduro. Las que son de tamaño grande contienen generalmente más agua y menos sabor.
Lavado
En las superficies de la frutas pueden acumularse residuos químicos o bacterias mientras crece en el campo, durante el transporte y la venta. Para ello lavarlas con abundante agua y, si no se consumen al instante, secarlas muy bien para que no se almacenen microbios.
Para poder aprovechar todas sus propiedades debemos consumirlas enseguida si las cortamos o las pelamos. En el caso que no se ingieran de inmediato, rociar con zumo de limón y mantenerlas en la nevera.
Otra de las recomendaciones del autor es cortar y desechar las partes más descoloridas o con moho junto con una buena parte de la carne que presente un aspecto más sano.
Conservación
Uno de los principales aspectos que hay que tener en cuenta para almacenar las frutas es que si las amontonamos aceleramos su deterioro ya que retienen más humedad y se agrietan. Para conservar la mayoría de piezas maduras debemos guardarlas en el frigorífico y envueltas en bolsas de plástico para evitar que pierdan humedad. En cambio, no refrigerar los aguacates ni los plátanos hasta que no se hayan madurado totalmente. Estas frutas pierden capacidad de maduración con el frío. (linkar truco plátanos)
Antes de servirlas, sacarlas unas horas antes de la nevera. Así, recobrarán su sabor, cuya producción se interrumpe a bajas temperaturas.
Trucos
Si quieres acelerar la maduración, conservar las frutas en un sitio cálido y envueltas en una bolsa de plástico con agujeros o en papel. En su interior introduce una fruta madura para que se acumule etileno, un gas que producen cuando están en esta fase de maduración.
Antes de congelar las frutas blanquearlas sumergiéndolas en agua hirviendo durante unos minutos. Con este proceso se impide que cojan sabores extraños o se destruyan nutrientes.
Fuentes
McGee, Harold. La buena cocina. (2010). Barcelona: Editorial debate
Imagen: Pixabay
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