El calabacín, una hortaliza refrescante y antioxidante
El calabacín es una hortaliza muy usada en la cocina por su sabor delicado y gran versatilidad. Conviene añadir que es una verdura muy refrescante por su importante contenido en agua, pero además aporta numerosos beneficios para nuestro organismo.
El calabacín, que pertenece a la familia del pepino o melón, es un alimento saciante que combate el estreñimiento por su contenido en fibra y contiene una importante fuente de antioxidantes.
Existe una gran variedad de esta hortaliza, siendo la variedad más común el minicalabacín, de textura muy tierna, el verde, claro, o el calabacín con flor.
Propiedades nutricionales
Es un alimento diurético por su alto contenido en agua y bajo en sodio, por lo que resulta beneficioso para personas con la presión alta o retención de líquidos. Destaca por su contenido en vitamina A, C y vitaminas del grupo B, nutrientes que lo convierten en un alimento con un poder antioxidante que combate los radicales libres, dañinos para el organismo; y ayuda a formar y a mantener los huesos, dientes y piel. Además también presenta folatos o vitamina B9, un nutriente que participa en la formación de glóbulos rojos, esenciales para prevenir anemias. En cuanto a minerales, el calabacín es una buena fuente de potasio, esencial para el mantenimiento del sistema nervioso y músculos del organismo. Este mineral también es beneficioso para las personas que sufren hipertensión.
Su aporte en fibra hace que esta hortaliza sea recomendada para combatir el estreñimiento y regular la flora intestinal. Este nutriente tiene un efecto saciante, por eso es ideal para controlar el apetito. Por su bajo contenido es un alimento que se incluye en dietas de adelgazamiento.
Uno de los platos más comunes con esta hortaliza és el calabacín relleno y gratinado.
Cómo cocinar el calabacín
Lo podemos usar en una gran variedad de recetas como en cremas, tortillas y pasta, pero también puede ser la base de suculentos aperitivos. Un plato muy común es el calabacín relleno y gratinado al horno.
Para conservar sus propiedades, se recomiendo no pelarlos, pues en la piel conservan gran parte de sus nutrientes. Si se cuece, puedes aprovechar el agua para hacer cremas o caldos.
Ten en cuenta que a la hora de comprarlos, deberás elegir aquellos que sean firmes y sin manchas sobre su superficie. Optar por los más pequeños puesto que las piezas grandes presentan una carne menos tierna. Las diferentes variedades tienen diferentes intensidades de colores, por lo que no es una señal que signifique su grado de frescura o calidad.
Por último, no olvides conservarlo en el frigorífico separado de las piezas de frutas. Pues estas desprenden etileno, una sustancia gaseosa que se desarrolla durante su maduración. De esta manera evitarás que le den un sabor amargo al calabacín.
Imagen principal: Pexels vía Pixabay
Segunda imagen: Einladung_zum_essen
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