La coliflor es uno de los alimentos imprescindibles de esta temporada, pues el frío le da a esta hortaliza este aspecto tan firme en su superficie. Como ya se ha comentado en otras publicaciones, consumir frutas y verduras es fundamental para cuidar tu salud y prevenir enfermedades. Hoy nos toca hablar de la coliflor, una variedad de col que pertenece a la familia de las crucíferas. Muy sencilla de cocinar pero que también nos aporta grandes propiedades nutricionales. A continuación te destacamos sus beneficios principales:
Para la buena digestión
Su contenido en fibra ayuda a regular el tránsito intestinal y a evitar el estreñimiento. Además su principal componente, el agua, y su bajo contenido en grasas e hidratos de carbono, hacen que sea una hortaliza con un bajo aporte energético. El consumo de fibra también previene, entre otros, accidentes cardiovasculares.
Bueno para la piel y el sistema inmunológico
Gracias a los antioxidantes, este alimento nos protege contra los radicales libres, por lo que se le atribuye su función protectora de las células frente al daño oxidativo. Así, es una buena fuente de vitamina C, un potente antioxidante que además contribuye a la absorción del hierro. También destacan los folatos, otra vitamina que garantiza el funcionamiento normal de las células sanguíneas y del sistema inmunitario en general.
Mantenimiento muscular
La coliflor destaca por su importante contenido en potasio, lo que es ideal para mantener el funcionamiento normal de los músculos y del sistema nervioso. Otro componente que también ayuda a mantener los músculos es la colina, un nutriente ideal para el buen funcionamiento de la memoria y aprendizaje.
Mantenimiento de los huesos
Su consumo también favorece el mantenimiento para mantener de los huesos gracias a la vitamina K. De esta manera podemos prevenir el riesgo de fracturas.
Cómo cocinarla
Esta hortaliza es muy fácil de preparar, no se requiere mucho tiempo para cocinarla. En pocos minutos puedes disfrutar de un alimento que se puede combinar muy bien con otros. Antes de cocinarla se deben retirar los tallos de la base y lavarla bien.
Sus diferentes formas de cocción nos proporcionan una gran variedad de recetas. Puedes hervirla, cocinarla al vapor, a la plancha o al horno para consumirla de una manera saludable. Las puedes servir como guarnición en platos de pescado o carne, e incluso hay quienes la preparan cruda para añadirla a la ensalada.
Imágenes: Karolina Grabowska
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